En estas fechas todos estamos de comilonas con los amigos, familia, compañeros de trabajo,… Son inevitables y tampoco estamos por hacerlo. Pasamos buenos ratos comiendo, bebiendo y compartiendo momentos entrañables, es lo mejor y más característico de la Navidad. Estamos pensando en mil cosas: compras, regalos, llamadas, … Y descuidamos lo que comemos. Como hay que disfrutar el momento, no os digo que cuidéis la alimentación pero sí es importante que el día que estéis descansando en casa preparéis una receta que permita descansar al estómago. Os sentiréis mejor, evitaréis la posible empachera y vuestra piel también os lo agradecerá.
Os doy una receta que es práctica y con unos ingredientes que normalmente tenemos en casa. Toma nota: tomate, una calabaza pequeña, un pimiento rojo, una berenjena, una cebolla, dos cabezas de ajos, un litro de caldo de pollo, un vaso de vino blanco, sal, pimienta, aceite de oliva virgen y manos a la obra.
Lavamos las verduras bien y las colocamos en una fuente para meterlas en el horno. Las salpimentamos y le añadimos un chorrito de aceite de oliva. Ponemos el horno a 200 grados por arriba y abajo e introducimos la bandeja. Esperamos quince minutos y le damos la vuelta a las verduras, treinta en total para que se asen. Le ponemos un vasito de vino blanco y esperamos a que se evapore. Las sacamos, tapamos con un trapo y esperamos unos minutos. Pasado el tiempo necesario, pelamos todo y quitamos las pepitas a la calabaza. Trituramos todo, le añadimos el litro de caldo de pollo y lo ponemos a fuego lento aproximadamente veinte minutos.
Si quieres, le puedes poner un chorrito de nata, estará más cremosa y aumentarás las calorías, tú decides…
Si te animas, le rallas un poco de queso, lo pones en el grill y para terminar le añades unos picatostes.
¡Es rápido, cómodo de hacer y económico! ¡Lo ideal para esos días!
